Cambiar a contenido. | Saltar a navegación

Secciones

Aquella disputa ferraresa entre Verdi y Wagner

Artículo de la Nuova Ferrara - 09 enero 2013

Es conocido que el año 1813 ha sido un año particularmente afortunado para la música lírica; alrededor de cinco meses (desde agosto hasta octubre) nacieron de hecho dos grandes gigantes que se generaron y que aún generan el entusiasmo y las críticas de miles de apasionados en todo el mundo; me estoy refiriendo a Giuseppe Verdi y a Richard Wagner. La disputa entre los partidarios de uno o del otro nunca se ha aplacado y ha vuelto a explotar recientemenre en ocasión de la inauguración de la estación lírica de la Scala: Verdi o Wagner? Como se sabe, la elección ha caido sobre el autor aleman: y que el espectáculo no haya comenzado con el himno nacional italiano no ha contribuido al ánimo de los partidarios de Verdi. Pero aquello sobre lo que quiero llamar la atención de los lectores es el orígen, lejos pero en buena parte ferrarés, de esta disputa musical.

En el año 1893 Stefano Gatti Casazza, garibaldino y diputado del Reino de Italia fue reelegido en el Parlamento, era director del Teatro Comunale de Ferrara; luego tuvo que dimitir y el alcalde en funciones de nuestra ciudad confió la tarea del padre a su hijo Giulio Gatti Casazza; éstos, muy conocidos en la ciudad por su gran amor por la ópera, dejó de lado el título de ingeniero conseguido en Génova, y se dedicó con todo entusiasmo a sus veinticinco años a este nuevo e inesperado trabajo: dirigió el Comunale de Ferrara durante cinco años; tras el éxito conseguido con esta actividad que hoy podríamos definir como superintendente, le llevó diez años a la Scala de Milán; aquel teatro se encontraba con grandes dificultades financiarias, tan fuertes hasta el punto de impedir la realización de la estación de ópera 1897/1898. Giulio afrontó y resolvió todas las dificultadas obteniendo el consenso total tanto por parte del público, como por parte de la organización de la Scala. Su fama como manager teatral se difundió entre los ambientes de ópera hasta tal punto que fue incluso llamado por Nueva York donde saneó las cuentas del Metropólitan y donde quedó como único director hasta el 1935.

El consenso de los ciudadanos ferrareses persuadió a Casazza a continuar por esta línea de modernidad musical; así en los años siguientes el público ferrarés pudo asistir a las obras maestras desconocidas para él como Carmen de Bizet y Lohengrun de Wagner. Ésta última opera, estrenada en Weimar en agosto de 1850, llegó a Italia (y primera entre las óperas de Wagner) en el 1871;  en el Teatro Comunale de Bolonia recibió un éxito que quería ser provocativo frente a la Scala de Milán, bastión de la música de Verdi, para muchos obsoleta y superada por las nuevas tendencias musicales de las óperas de Wagner. Aunque después de más de veinte años la representación boloñesa, la propuesta de Lohengrin en Ferrara testimonia la voluntad por parte de Casazza de los nuevos casos europeos. No es casualidad que Gatti Casazza y Toscanini, llegaran a la dirección de la Scala de Milano, el 26 de diciembre del 1898 pusieron en escena los maestro cantores de Norimberga de Wagner en una versión completa; el éxito fue discreto, pero fue significativo porque hizo oficial la presencia del músico alemán en el templo por autonomasia de la lírica italiana.

Está claro que esta presencia, haciendo una comparación casi automático con Verdi y su música, no quería negar el genio Verdi ni su música, no quería negarme a la genialidad; y de hecho estaba destinado a impulsar al maestro a una serie de ideas musicales que habrían hecho aún más grandes sus últimos trabajos: Aida, Otello, Falstaff. (de PIER LUIGI MONTANARI)

Última modificación 26/10/2013 10:32
Chiudi menu
Informaciónes turísticas